Cuento: La Ascensión de Jesús
-¿Habéis oído lo que ha pasado en
Jerusalén? ¿Lo de Jesús el Nazareno?
La noticia de la Muerte de Jesús en la
Cruz se difundió por todo Jerusalén y la gente volvía a su casa y la llevó a
todas partes.
-¡Pero sus discípulos dicen que ha
resucitado y que ellos han hablado y comido con Él!
Enseguida empezó a correrse también la
voz de que Jesús había resucitado y se había aparecido a algunos de sus
discípulos. Era increíble. Incluso algunos de sus apóstoles, que no le habían
visto vivo todavía, se resistía a creer lo que le decían los demás. Tomás, uno
de los Doce, dijo que si no tocaba las heridas de los clavos, no creería. Jesús
se apareció de nuevo a ellos estando Tomás y le dijo que tocara sus heridas.
Tomás respondió:
-¡Señor mío y Dios mío!
¡Qué alegría! ¡Jesús estaba vivo! A
Cafarnaúm también llegó la noticia de todo lo que había pasado en
Jerusalén aquellos días. Los apóstoles mismos y otros discípulos lo contaron
con más detalle cuando volvieron al cabo de unas semanas. Juan explico más
tarde muchas de las cosas que Jesús le había dicho durante la Última Cena, la
víspera de su pasión:
-No os dejaré solos. Volveré a vosotros
y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría.
Jesús mismo se apareció a algunos de los
discípulos que habían salido a pescar con Simón Pedro. La aparición había sido
muy cerca de Cafarnaúm, en una playa junto a las siete fuentes.
Pero esta historia os la contaré otro
día. Ahora quiero contaros lo que ocurrió cuarenta días después de la
resurrección. Los discípulos de Jesús fueron otra vez a Jerusalén para celebrar
la fiesta de Pentecostés. Allí, diez días antes de la fiesta, estuvieron con
Jesús en el Monte de los Olivos. Al despedirse, Jesús les dijo:
-Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo
que va a venir sobre vosotros. Id y hacer discípulos a todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Y sabes
que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos.
Entonces Jesús subió al cielo, hasta que
una nube se lo quitó de la vista. Los discípulos bajaron del monte y volvieron
a Jerusalén. Se reunieron todos en la casa donde fue la última cena. Allí
estaba María, la madre de Jesús, Simón Pedro y los demás apóstoles, y muchos
otros discípulos. Y se dieron cuenta de que formaban parte de una nueva
familia: la familia de Jesús.